(Moisés Maimónides)
Llena mi ánimo de amor para el arte y para todas las criaturas.
No permitas que la sed de ganancia y la ambición de gloria hayan de influirme en el ejercicio de mi arte, porque los enemigos de la verdad y del amor del prójimo, podrían fácilmente descarriarme y alejarme del noble deber de hacer el bien a tus hijos.
Sostén la fuerza de mi corazón, a fin de que siempre esté dispuesto para servir al pobre y al
rico, al amigo y al enemigo, al bueno y al malvado.
Haz que en el que sufre yo no vea más que al hombre.
Que mi entendimiento permanezca claro a la cabecera del enfermo,
que no lo distraiga ningún pensamiento extraño, para que tenga presente todo lo que la experiencia y la ciencia me han enseñado,
porque grandes y sublimes son las investigaciones científicas que miran a conservar la salud y la vida de todas las criaturas.
Haz que mis enfermos tengan confianza en mí y en mi arte, y que sigan mis consejos y prescripciones.
Aleja de sus camas a los charlatanes, a la multitud de parientes con sus mil consejos, y a los asistentes que siempre lo saben todo, porque constituyen una raza peligrosa,
la que por vanidad hace fracasarlas mejores intenciones del arte,
y a menudo arrastra a los enfermos a la tumba.
Si los ignorantes me censuran y se burlan de mí, haz que el amor del arte, como una coraza me haga invulnerable para que pueda perseverar en la verdad sin miramientos para el prestigio, el renombre y la edad de mis enemigos
Incúlcame, Dios mío, indulgencia y paciencia al lado de los enfermos toscos y testarudos.
Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en el amor por la ciencia.
Aleja de mí la idea de que lo sepa todo y de que todo lo pueda.
Dame la fuerza, la voluntad y la ocasión de adquirir siempre mayores conocimientos.
Que yo pueda hoy descubrir en mi ciencia cosas que ayer no llegaba a sospechar, porque el arte es grande, pero el pensamiento humano penetra siempre más allá.